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Datos del documento

Original, título
De casibus virorum illustrium=De casibus illustrium virorum ([Povertà e Fortuna])
Original, fechas
Redacción: 1360 (1ª) 1373 (2ª).
Lugar de publicación
Sevilla
Editor/Impresor
Meinardo Ungut (impresor) Stanislao Polono (impresor)
Fechas
1498 [edición]; 1438 [traducción]
Edicion
1ª ed.?
ISBD
En: El arcipreste de talauera que fabla delos vicios d'las malas mugeres e conplexiones delos onbres. — Sevilla : Meynardo Ungut y Stanislao Polono, 1498 (10 de mayo). — Parte IV, Cap.II.
Verificada
Ejemplares
  • BNM: Inc/1771 (El Corbacho o Reprobación del amor mundano Publicación: Sevilla : Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 10 mayo, 1498 h.
  • Fol.)
Observaciones

Hay dudas sobre la existencia de un incunable de Sevilla de 1495 (Francisco Escudero y Perosso, Tipografía hispalense, Madrid, Rivadeneyra, 1894, p. 95; Konrad Haebler, Bibliografía ibérica del siglo XV, La Haya-Leipzig, M. Nijhoff, I, 1903, p. 192 y Eric von Richtofen, "Alfonso Martínez de Toledo und sein Arcipreste de Talavera, ein kastilisches Prosawerk des 15. Jahrhunderts", Zeitschrift für romanische Philologie, LXI, 1941, p. 438).

Repertorios
CR 3890 - IGI 6233 - Haeb 404 - Kurz 249 - Vindel V, 106 - Escudero 69 - Ruppel-Zapiór 61 - IBE 3856

Traductor

Autor

Boccaccio, Giovanni 1313 - 1375

Bibliografía

Estudios sobre la traducción

  • González Ramírez, David, “Las traducciones castellanas de las opere latine de Boccaccio”, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, 42:2 (2022), págs. 215-262.
Bibliografía remitida desde el documento #5770

Ediciones digitales (imágenes)

  • Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
    <http://www.cervantesvirtual.com> (obs.: ed. digital conforme a la ed. crítica de 1901)

Ediciones modernas

  • Simpson, Lesley Byrd (ed.), El Arcipreste de Talavera, o sea El Corbacho ... Nuevamente editado según el códice escorialense por Lesley Byrd Simpson, Berkeley, Cal.; Mexico, University of California Press, 1939.
  • Pérez Pastor, Cristóbal (ed.), Arcipreste de Talavera (Corvacho o reprobación del amor mundano), por el bachiller Alfonso Martínez de Toledo, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 35, 1901, (Vda. e Hijos de M. Tello).
  • Ciceri, Marcella (ed.), Alfonso Martinez de Toledo: Arcipreste da Talavera, edizione critica a cura di Marcella Ciceri, Modena, STEM, 1972.
  • Naylor, Eric W. (ed.), Alfonso Martínez de Toledo. The Text and Concordances of the Arcipreste de Talavera, Escorial MS. h.iii.10. Edited by Eric W. Naylor, Madison, 1983 (6 pp. + 3 microfiches. (ISBN 0-942260-38-4)).

Estudios sobre la traducción

  • Goldberg, Harriet, “Fifteenth-Century Castilian version of Boccaccio's Fortune-Poverty contest”, Hispania, Worcester, 61, 3 (1978), págs. 472-79.
  • Melczer, William, “Ancora sul Boccaccio e l'Arcipreste de Talavera: Una rivalutazione”, en: Mazzoni, Francesco (ed.), Boccaccio nelle culture e letterature nazionali, Florencia, Olschki, 1978, págs. 179-187.
  • Farinelli, Arturo, Italia e Spagna, Turín, Fratelli Bocca, 1929.
    vol. I, pp. 122-130

Textos

Original

Sedebat forsan in trivio Paupertas amicta centaculo, et odbucto supercilio, et secum (ut moris est) revolvebat plurima. Eo ferente casu, Fortuna superbo fasto, et numine pleno transiens, oculos iniecit in eam. Adversus quam ridentem, atque praetereuntem Paupertas, mullis fere onusta lacinijs surrexit, et acri vultu inquit. Quid stolida rides? cui fortuna, miror te ipsam macie obsitam, strabosam, scabiosam, pallentem, palliastro tenui, semesisque vestibus semitectam, amicitias fugantem, ac canes quocunque iueris excitantem, et non urgente extremitatis tuae verecundia, in solitudine residentem. His irrritata Paupertas, vix manus continuit dixitque: Ecce, si insipida arbitraris, quasi dea sis, ut stolidi credidere, te quidem agente, sic ferme. Non equidem, quinimo me volente sinamus haec: cum tibi sit plena, mollisque cutis, roseus color, ac purpurea vestis, et ancillarum longior ordo. Vis ne mecum in palestra certare viribus?

Comentarios

Texto citado por Farinelli según ed. Augusta, p. 61

Paratextos

Adaptación del Arcipreste de Talavera

Otra razón te diré, la cual Juan Bocaccio prosigue, de la cual pone un ejemplo tal. Dice que él, estando en Nápoles oyendo un día lección de un gran natural filósofo, maestro que allí tenía escuela de astrología -el cual había nombre Andalo de Nigro, de Génova ciudadano- leyendo la materia que los cielos en sus movimientos hacen y de los cursos de las planetas y sus influencias, dijo esta razón: "No debe poner culpa a las estrellas, signos y planetas, cuando el cuitado busca su desaventura y es causador de su mal". Y pone un ejemplo para probanza de esta razón, el cual, queriéndolo entender alegóricamente, tiene en sí mucha moralidad, quien en él bien pensare, aunque a primera vista parezca patraña de vieja. Y el ejemplo es este:

Dice que la Pobreza un día estaba muy triste y como trabajada, pensativa y muy dolorida y muy flaca, en solos los huesos y la pelleja, negra, fea, magra y llena toda de sarna; los ojos sumidos, los dientes regañando, su sarna rascando, la pelleja curtida y arrugada, muy espantable y fiera. Y estaba echada al sol en encuentro de tres caminos, haciendo al rascar gestos extraños y feas continencias; sus cejas abajadas como de persona que está comidiendo en algún gran pensamiento. Y la Pobreza así estando, hevos aquí donde viene por el camino adelante la Fortuna, muy poderosa, de edad de treinta años, muy lozana y valiente, riendo y cantando con mucha alegría, en somo de un caballo muy grueso y hermoso, una guirnalda de flores en la cabeza, muy ceñida por el cuerpo y frescamente arreada según la gala del mundo. Y como llegase a vista de la Pobreza, su caballo comenzó de tornar atrás y comenzó a dar muy fuertes ronquidos, por cuanto vio la Pobreza yacer muy fea y desfigurada, que parecía a la muerte propia que entonces del sepulcro salía. Y desde que la Fortuna la vio, dio de las espuelas al caballo, y, como a forzado, hízole a ella llegar; y la Fortuna comenzó a sonreírse a manera de escarnio. Pero la Pobreza, cuando la vio, con gran seso y mansedumbre alzó sus ojos en alto y comenzó de mirar la pompa y lozanía y locura y vanagloria, la jactancia y orgullo que la Fortuna consigo tenía; y en manera muy suave, a guisa de persona entendida y anciana, la Pobreza dijo así: "Amiga, ¿de qué te ríes que placer veas de ti? ¿Ríeste de mí, en que me ves fea y desdonada, sola y apartada de los placeres del mundo, echada entre estos tres caminos?". Respondió la Fortuna: "Pobreza, mucho me maravillo de ti, y ¿no me debo reír considerando tu gesto y presencia fea, negra, mal vestida, cubierta de mucha sarna, huesos toda y pellejo, apartada de todo bien, alejada de placeres, acompañada de tristeza, cumplida de pensamientos, llena toda de dolores? Dices que no me ría: sí reiré por buena fe. ¿Quién será el que no riese si tu donaire viese? Mírate a un espejo antes que respondas, y verás quién, cómo y cuál estás". Entonces la Pobreza, no moviendo su corazón a ira, dijo: "Dime, amiga, ¿quién eres tú?". Dijo la Fortuna: "Yo soy la alta Fortuna, que hago y deshago, mando y vedo. Todas las cosas a mi regimiento son”.

Comentarios

Texto modernizado conforme a la edición crítica de Pérez Pastor (1901). Para mayor facilidad se ha dejado un espacio entre el preámbulo y el pasaje tomado del De casibus

Traducción del mismo pasaje por López de Ayala en Cayda de príncipes

Assi fue: que la pobreza estava assentada en un lugar donde se ayuntavan tres caminos, vestida de una piel de oveja y abaxada la sobreceja: segund que los ombres: lo acostumbravan quando piensan en algunas cosas señaladamente graves. E assi acaesçió que en aquel passo que la pobreza assi estava: passava la fortuna con gesto muy sobervio toda llena de orgullo y la pobreza desnuda sin carga de ropa con gesto triste y amargo. y la fortuna començose de reyr. y la pobreza le dixo. o loca sin seso querria yo saber de ti: de que te ries. entonces respondio la fortuna. digote pobreza: que esto pensando y considerando como estas magra y sarnosa, y amarilla cubie[r]ta de viles ropas todas rasgadas: y assi apartada de toda buena amistad: y veote ladrada de todos los canes: que contigo encuentran y agora estas perdida toda verguença. y creo que en ti no la ha: Por ende yo te pregunto que me digas la cabsa porque estas assi sola y mezquina con tu pobreza que sufres. y la pobreza con estas palabras que la fortuna le dixo fue muy sañuda en tanto grado que apenas pudo tener las manos quedas. y tornando a su humildad y paciencia respondiole: diciendole assi. O loca como hablas tu presuntuosamente pensando que tu seas una grand diosa: y las cosas presumes que tu las ordenas: segund que algunos locos lo creen y tienen. y sey bien cierta que esto non es ni viene porque tu as poder de lo fazer mas es por culpa del que padece assi como yo. Mas dexemos agora de fablar en estas cosas. y pues tu estas rica y bien andante teniendo tu rostro hermoso de color de rosas . y tus vestiduras de purpuras de oro, muy acompañada de donzellas que te sirven: y otras compañas asaz. Mas si ati pluguiesse entrar comigo en un campo cerrado y provar tus fuerças con las mias: yo te aria conoscer la virtud de mi co[n]dicion.

Comentarios

Texto citado por Farinelli, Caydas, Lib. III, cap. II, f. XXXIII