Datos del documento
- Original, título
- Lettera a Francesco Rinuccini
- Original, fechas
- Redacción: 1640 (19 de mayo). 1ª edición: póstuma (1793).
- Lugar de publicación
- Barcelona
- Editor/Impresor
- Juan Oliveres (impresor)
- Fechas
- 1846 [edición]
- Edicion
- 1ª ed.
- ISBD
- Carta de Galileo al Señor Francisco Rimuccini [sic] . En: Introduccion a Orlando furioso / de Ludovico Ariosto ; traducido en verso castellano por D. Augusto de Burgos. — Barcelona : [s.n.], 1846-1847 (Juan Oliveres, Impresor de S. M., calle de Montserrate, n. 10). — p. IX-XI.
- Verificada
- ❌
- Observaciones
La traducción de la carta de Galilei se incluye como apéndice en la Introducción antepuesta por Augusto de Burgos a su traducción del poema ariostesco (véa se registro 158, donde puede leerse la Introducción completa enTEXTOS). Véase aquí TEXTOS para una comparación con el texto de Galilei. Al final de la versión castellana de la carta (realizada probablemente a través del francés), Augusto de Burgos muestra así su discordancia con Galileo en lo que toca a su infravaloración de Tasso:
“Al concluir estas observaciones, no puedo menos de hacer una importante sobre la carta de que acabo de dar la traduccion. Galileo, a mi modo de ver, se muestra en ella demasiado severo con respecto al Tasso y emite una opinion que ningun escritor antes ni despues de él se ha atrevido a formular de una manera tan categórica. Yo no creo que, para hacer del Ariosto el elogio que merece, sea necesario atacar la justa celebridad del autor de la Jerusalen libertada. Entre este poema y el Orlando furioso la balanza está todavía en el aire, y este es el mayor elogio que de ambos se puede hacer. Las simétricas proporciones del primero, justifican su nombre de épico, mientras que la gracia, la originalidad, la riqueza de imágenes y de episodios hacen del segundo, épico o no, el poema mas admirable, y sobre todo mas entretenido, que se ha publicado jamás.”
Traductor
Burgos, Augusto de 1813 -
De él se recuerda un estudio erudito de heráldica española: “Blasón de España: libro de oro de su nobleza”, Imp y Estereotipía de M. Rivadeneyra, 1853-1860.
Otras traducciones
Autor
Galileo Galilei 1564 - 1642
Textos
Galileo Galilei a Francesco Rinuccini
Vo continuamente meco medesimo meditando, quale sia in me maggior mancamento, o il contenermi in silenzio continuo con V.S. illustr., o lo scriverle senza eseguire il desiderio, ch'ella già m'accennò, di mandarle que' motivi che mi fanno anteporre l'uno all'altro dei due poeti eroici. Vorrei ubbidirla e servirla; e talora mi riuscirebbe impresa fattibile, se non mi fosse non so come uscito di mano un libro del Tasso, nel quale avendo fatto, di carta in carta delle stampate, interporre una bianca, aveva nel corso di molti mesi, e direi anche di qualche anno, annotati tutt'i riscontri dei concetti comuni degli autori trattati, soggiungendo i motivi i quali mi facevano anteporre l'uno all'altro; i quali per la parte dell'Ariosto erano molti più in numero e più gagliardi. Parendomi, per esempio, che la fuga d'Angelica fusse più vaga e più riccamente dipinta che quella d'Erminia; che Rodomonte in Parigi senza misura avanzasse Rinaldo in Gerusalem; che tra la discordia nata nel campo d'Agramante, e l'altra nel campo di Goffredo ci sia quella proporzione che è tra l'immenso al minimo; che l'amore di Tancredi verso Clorinda, ovvero tra esso ed Erminia, sia sterilissima cosuccia in proporzione dell'amore di Ruggero e Bradamante, adornato di tutt'i grandi avvenimenti che tra due amanti accader sogliono, cioè d'imprese eroiche e grandi scambievolmente tra loro trapassate. Quivi si veggono le gravi passioni di gelosia, i lamenti, la saldezza della fede datasi e confirmata più volte con altre promesse, gli sdegni concepiti e poi placati da una semplice condoglienza in una sola parola proferita. Quale aridissima sterilità è quella di Armida, potentissima maga, per trattenersi appresso l'amato Rinaldo? e quale all'incontro è la copia di tutti gli allettamenti, di tutti gli spassi, di tutte le delizie, con le quali Alcina trattiene Ruggiero! Lascio stare che dalle discordie e dai sollevamenti nati per fievolissime e più che puerili cagioni nel campo dei Cristiani, nessuna diminuzione di fortuna che punto rilevi ne nasce; dove nella discordia tra i Saraceni parte Rodomonte sdegnato, muor Mandricardo, resta ferito a morte Ruggiero, partesi Sacripante, allontanasi Marfisa, sicché finalmente sopraggiungendo Rinaldo dà una grandissima rotta ad Agramante, primo de' suoi famosi eroi; onde poi finalmente ne segue la sua ultima rovina. La osservazione poi del costume è maravigliosa nell'Ariosto. Quali e quante e quanto differenti sono le bizzarrie che dipingono Marfisa temeraria e nulla curante di qual altra persona esser si voglia! Quanto è bene rappresentata l'audacia, e la generosità di Mandricardo! Quante sono le prove del valore e della cortesia e della grandezza d'animo di Ruggiero! Che diremo della fede e della costanza e della castità d'Isabella, d'Olimpia e di Drusilla, e all'incontro della perfidia e infedeltà d'Origille, di Gabrina, e dell'instabilità di Doralice? Illustrissimo signore, quanto più dicessi, più mi sovverrebbero cose da dire; ma l'abbozzarle solamente, senza venire agli esami particolari di passo in passo, nè potrebbe dare soddisfazione a me medesimo, e molto meno a V.S. illustrissima; oltre che già vede ella, che in questo poco che ho detto, niente ci è che non sia notissimo a chiunque pur una volta abbia letto tali autori. Per venire a capo di una simile impresa, bisognerebbe sentire i contraddittori in voce, o se pure in iscrittura, proporre a lungo da una parte e leggere le risposte dall'altra, e di nuovo replicare, e andarsene, per modo di dire, in infinito; impresa per me (cioè per lo sato mio) impossibile. La prego ad accettare non dirò questo poco ch'io scrivo, che so bene che non è di prezzo alcuno; ma quello che io desidero da V. S. illustrissima, è, che ella mi perdoni e scusi il mio silenzio, sicché non mi pregiudichi punto nella sua buona grazia, nella quale con caldo affetto mi raccomando, mentre riverentemente le bacio le mani e le prego da Dio intera felicità. Le raccomando l'alligata per il buon recapito.
Arcetri 19 maggio 1640
Texto de la traducción
CARTA DE GALILEO
al Señor Francisco Rimuccini [sic]
"No sé en que caso seré mas reprehensible, si guardando el silencio con V.S. o si escribiéndole sin exponerle las razones que determinan mi preferencia entre nuestros dos grandes poetas heróicos. Mi deseo seria obedecer y contentar al mismo tiempo a V. S., lo que me hubiera sido mas fácil a no habérseme extraviado por una desgraciada casualidad un ejemplar del Tasso, al márgen del cual habia yo hecho algunas apuntaciones. Durante un año me he entretenido en cotejar los mas bellos pasajes de estos dos poemas, y sobre todo los que entre sí pue [X] den compararse, y confieso que el Ariosto lleva, en mi concepto, ventaja al Tasso en el número y en la gracia de estos diferentes pasajes. La fuga de Angélica, por ejemplo, me parece mejor pintada que la de Herminia. Rodomonte, en medio de París, me causa mas impresion que Reinaldo cuando entra en Jerusalen. No se puede menos de confesar que, entre la horrenda discordia nacida en el campo de Agramante y las insignificantes discusiones que se elevan en el campo de Godofredo, hay la diferencia que existe entre lo sublime y lo mediano. Los amores de Tancredo por Herminia me parecen insubstanciales y frios, comparados con los de Roger y Braamante. ¡Cuan grandes son las circunstancias que ennoblecen este amor! ¡qué heroicas las empresas a que esta pasion excita! ¡qué interesante la agitacion en que pone a los personajes! Allí sí que se ven pintados con exactitud todos los arrebatos de los zelos, los recuerdos del bien perdido, las quejas, la desesperacion de un alma destrozada por las infidelidades de que acusa a un amante; pero, ¡oh amor sublime! una mirada, un suspiro, una sola palabra de Roger, basta para calmar el tierno corazon de su adorada. Y ¿quien hay que no eche de ver la frialdad y la falta de originalidad del relato de Armida y de los medios a que apela esta poderosa maga para retener a Reinaldo? ¿Puede por ventura fijar la atencion esta débil copia comparada con el cuadro lleno de gracia y de energia que hace al corazon y al entendimiento partícipes de los encantos que a Roger detienen en los jardines de Alcina?
Imposible es así mismo negar, como va ya dicho, que los motivos de la discordia que se eleva entre los caudillos de Godofredo son hasta pueriles, , comparados con los que siembran la confusion y la muerte entre los sarracenos. Ningun suceso importante nace de la primera, mientras que el despecho y la partida de Rodomonte, la muerte de Mandricardo, las heridas y la inaccion forzda de [XI] Roger, la desaparicion de Marfisa y de Sacripante, son consecuencias del furoro que ha provocado la discordia y la causa que prepara la llegada de Reinaldo y la ruina entera del ejército de Agramante.
¿Quién hay que pueda dejar de admirar el carácter indómito de Marfisa que, siempre pronta a rehusar toda clase de auxilio, no cuenta con otro apoyo que el de su brazo y de su valor? ¿Quién no verá con asombro el esfuerzo y la generosidad de Mandricardo, cuando deja a Zerbino expirando en los brazos de Isabel? Pero, ¿qué mas alta idea se puede concebir de un héroe, que la que dan de Roger las virtudes y las proezas que el poeta le atribuye, y hasta las facciones [sic] con que nos pinta su semblante? ¿Qué no podré decir del contraste que con la virtuosa firmeza de Olimpia, de Isabel y de Drusila, forman la perfidia de Gabrina, las torpes indfidelidades de Origile y la insonstante versatilidad de Doralice?
Cuanto mas me extiendo sobre este asunto, mas convencido quedo de que habria mucho que decir sobre él: esto no obstante, por no fatigar vuestra atencion, pongo fin a esta carta en la cual creo no haber dicho cosa que no sea suficientemente conocida de cuantos han leido los dos autores."