Datos del documento
- Original, título
- In obitum Marci Antonii Turriani (5 fragmentos: (1) Et si ego met tamti casu perculsus amici ... pestis, & huc illuc saevit Erynnis adhuc; (2) Iam neque finierant gemitus, et lumina siccis... unus, qui multos instrueres populos; (3) Interea vos o Benaco centum patre Nymphae... tantum animos rerum forma lenire potest.; (4) Quos inter tuus ipse recens a funere frater... carpere irer caeli cui potuisse datum est; (5) Illa tuum, dum sidera erunt, dunque aequora current, / nomen in astra memor, et bene facta est.)
- Lugar de publicación
- Sevilla
- Fechas
- 1543 [edición]; 1535 [traducción]
- Edicion
- 1ª ed.?
- ISBD
- Aunqu’este grave caso aya tocado / [Elegía I de Garci lasso de la Vega]. En: Las obras de Boscan y algvnas de Garcilaso de la Vega : repartidas en quatro libros. — Barcelona : Cvm privilegio imperial. Carles Amoros, 1543. — ; 4º.
- Fuente
- Ejemplar de librería anticuaria.
- Verificada
- ✔️
- Descripción del contenido
-
- Portada: «Al Duque de Alba | en la muerte de Don Bernaldino de Toledo».
- Texto: inc. «Aunqu’este grave caso aya tocado...», expl. «... se cantara de ti por todo el mundo.».
- Portada (parte): «Al Duque de Alba | en la muerte de Don Bernaldino de Toledo».
- Texto (parte): inc. «Aunqu’este grave caso aya tocado...», expl. «... se cantara de ti por todo el mundo.».
- Observaciones
Pese a la opinión de F. de Herrera (véase registro 3960), que consiedra la Elegía de Garcilaso como una traducción amplificada de la que compuso Fracastoro in mortem del médico y poeta Marco Antonio della Torre, acaecida en trágicas cicunstancias (probablemente de peste) en 1511, a orillas del lago de Garda, las secuencias tomadas del poema latino vertebran sin duda el del español y algunas de ellas merecen el calificativo de traducción libre. Garcilaso, como es habitual en él, practica una original, dúlcil y orgánica contaminatio de múltiples fuentes, de modo que, aun siendo el poema de Fracastoro, la guía del suyo, introduce variaciones, excursos y ampliaciones combinando de modo natural recuerdos de Horacio, Virgilio, Ovidio (y el pseudo ovidiano Ad Liviam), de Petrarca, Bernardo Tasso, Bembo, Alamanni, Ariosto. En TEXTOS podrán leerse los fragmentos más cercanos a la letra de Fracastoro. Cabe añadir que este médico-poeta veronés, había muerto en 1533, y que su Elegía era bien conocida en los círculos literarios. La de Garcilaso fue compuesta en 1535, a la muerte del joven Bernardino de Toledo, acaecida después de la conquista de Túnez, no se sabe bien si en el propio Túnez o en Palermo. El primero en notar la deuda de Garcilaso para con el poema de Fracastoro fue el Brocense, en su comentario a la poesía: “Esta elegía está en parte trasladada y en parte imitada de una del elegantísimo poeta Fracastorio, cuyo comienzo es: Et si egomet tanti casu perculsus amici”, etc.
Traductor
Garcilaso de la Vega 1501 ca. - 1536
Nació en Toledo en fecha incierta. Emparentado con la familia del Marqués de Santillana por parte de padre y con la de Hernando Pérez de Guzmán por parte de madre, recibió una formación humanística y al estallar la revolución de la nobleza contra el nuevo emperador, abanderada por su hermano Pedro Laso de la Vega entre otros, se pronució a favor de Carlos V, que lo recompensó nombrándolo "contino" de su guardia (1520). Participó valerosamente en la guerra de las Comunidades (1521) y, junto con Juan Boscán, en la expedición a Rodas, sitiada por los turcos. En 1523, de regreso a la corte, establecida desde el 22 en Valladolid, recibió el título de Caballero de Santiago. Volvió a sumarse a las tropas del Emperador en la campaña contra Francia, durante la cual conoció a Fernán Alvarez de Toledo, futuro duque de Alba. En 1525, por deseo de Carlos V, se casó con Elena de Zúñiga y se trasladó a Toledo, como regidor. En esa época pudo conocer a Andrea Navagero, embajador de Venecia, y a Castiglione, Nuncio del Papa, que asistieron a las bodas del Emperador con Isabel de Portugal, celebradas en Granada (ocasión también del decisivo encuentro entre Navagero y Boscán relatado por este último en su Carta a la duquesa de Soma). La supuesta relación amorosa del poeta con la dama portuguesa Isabel de Freyre data asimismo de 1526. En 1529 Garcilaso se trasladó con la corte a Barcelona para acompañar a Carlos V en su viaje a Italia, donde debía ser coronado emperador por el Pontífice. Al año siguiente tal vez conoció a Luigi Alamanni en Francia, donde había acudido en misión diplomática por encargo del emperador. En 1531, al haber participado en la boda de un sobrino suyo sin el beneplácito imperial, fue condenado al destierro en una isla del Danubio, y luego, por intercesión del Duque de Alba, a Nápoles, donde su presencia está acreditada desde noviembre de 1532. Es allí donde inicia el periodo más productivo de la vida del poeta, favorecido por la amistad del recién nombrado virrey de Nápoles, Pedro de Toledo. La Accademia Pontaniana estaba regida desde 1530 por Scipione Capece, docente de derecho en la Universidad napolitana, y de ella formaban parte, entre otros, Antonio Minturno y Antonio Telesio, con los que tuvo frecuente trato. Gracias a los amigos de la Accademia conoció a Pietro Bembo, que años más tarde elogió sus odas latinas. En la corte de Pedro de Toledo entabló relación con Luigi Tansillo, con Bernardo Tasso, y con Giulio Cesare Caracciolo, a quien dedicó un soneto. Hacia mediados de abril de 1533 se trastadó a Barcelona para esperar el retorno del Emperador, y tal vez fue entonces cuando revisó la traducción del "Cortegiano" realizada por su amigo Boscán, traducción publicada en 1534. A mediados de junio estaba de nuevo en Nápoles, que abandonó solo para un breve viaje a España en el verano de ese año. En 1535 era nombrado alcaide de Reggio y se planteaba incluso la posibilidad de arraigarse definitivamente en Nápoles trayendo a vivir a su familia, pero en otoño de 1535 vestía de nuevo las armas para participar en la expedición contra Barbarroja, concluida con la toma de Túnez y la entrada triunfal del emperador en Nápoles el 25 de noviembre de 1535. En la primavera de 1536, abiertas nuevamente las hostilidades con Francia, Garcilaso era nombrado maestre de campo de las tropas españolas. Mermadas éstas por el calor y la falta de alimentos, durante el camino de regreso a Italia, el poeta perdió la vida en una pequeña villa de Le Muy, en cuya torre se habían atrincherado algunos arcabuceros franceses. A ella subieron primero Jerónimo de Urrea (traductor del "Orlando furioso" en 1549) y Guillén de Moncada; luego el capitán Maldonado y Garcilaso, que bajo el impacto de una piedra, cayeron al vacío al romperse la escala. Trasladado a Niza, el poeta murió el 14 de octubre de 1536 de las heirdas sufridas en la cabeza. Los años napolitanos de Garcilaso vinieron a coincidir con la época áurea del petrarquismo bembiano, pero también con el culto de Sannazaro, cuyos Sonetos y Canciones vieron la luz póstumamente en 1533, y cuya recuperación de la bucólica había dado lugar a un nuevo género. Todos los escritos de Garcilaso se publicaron también póstumamente por iniciativa de Juan Boscán, como última parte del volumen de las Obras poéticas de aquel, fallecido poco antes de entregar el original al impresor. Llevó a efecto el proyecto la viuda de Boscán, y el volumen apareció en 1543 impreso en Barcelona por Carles Amorós, dividido en cuatro libros y llevando la siguiente advertencia: "en el quarto quería poner las obras de Garci Laso de la Vega por el amistad grande que entrambos mucho tiempo tuvieron y porque después de la muerte de Garci Laso le entregaron a él sus obras para que las dejase como debían estar". Ocho Coplas, cuarenta Sonetos (algunos de dudosa atribución), cinco Canciones, dos Elegías, una Epístola (dirigida a Boscán), tres Odas latinas, tres cartas (una de ellas publicada como prólogo a la traducción del "Cortesano") y el testamendo precozmente dictado en 1529 conforman el exiguo legado de este genial lírico prematuramente muerto. Sin embargo su poesía tuvo honores propios de un autor clásico ya en el siglo XVI, primero por obra de Francisco Sánchez de las Brozas, "El Brocense", catedrático en Salamanca, que publicó las "Obras de Garcilaso con enmiendas y anotaciones” (1574), luego gracias a Hernando de Herrera, que hizo lo mismo en 1580.
Otras traducciones
- Égloga segunda, 1ª ed. (1533-1534 ca.)
- Oh celos, de amor terrible freno..., 1ª ed. (1533-1534?)
- Oh celos, de amor terrible freno..., Ms. (1533-1534?)
- De vestidura bella allí vestidas, 1ª ed. (1534-1535 ca.)
- Como al partir del sol la sombra crece, 1ª ed. (1534-1535 ca.)
- Como lebrel de Irlanda generoso, 1ª ed. (1534-1535 ca.)
Autor
Fracastoro, Girolamo 1478 - 1553
Textos
Girolamo Fracastoro, Carmina
In obitum Marci Antonii Turriani Veronensis
ad Johannem Baptistam Turrianum fratrem
[vv. 1-44]
Etsi egomet tanti casu perculsus amici
Solamen nostris discuperem lacrimis,
Ne mea perpetuo manarent lumina fletu,
Pergeret aut tantus urere corda dolor,
Attamen, ut mi animi ualuit concedere amoror,
Istaec moesta tibi carmina persolui:
Quo fortasse meis consolarere Camoenis,
Si miseros quicquam Musa leuare potest:
Ac ne tu in lacrimas paullatim totus abires,
Liquitur ut pluuio tacta pruina Noto.
Quandoquidem cari fato te fratris acerbo est
Rumor in extrema uiuere tristitia,
Nec iam posse quietis habere, aut commoda somni;
Sed cedente die, sed redeunte queri:
Moerentemque, uagumque, et turpem fletibus ora
Amissum totis quaerere litoribus.
Fertur ut Eridani ripas errasse per omnes
Anxia fraterno funere Lampetie.
Septem quam perhibent somni sine munere noctes,
Ieiunam septem continuasse dies.
Et, quoties longo defessa errore uiarum
Vmbrosi in ripa concidit Eridani,
Reddite uos Phaetonta mihi, clamabat ad undas,
O quaecumque sub hoc flumine Nympha latet.
Te tamen, ullius si cuiquam morte dolendum est
Iusta quidem tanti caussa doloris habet.
Quandoquidem immatura morte tibi omnia frater
Commoda, teque ipsum perdidit, atque tuos:
Perdidit hei misero carus tibi frater ademtus,
Quo tibi non ullus carior alter erat.
Ille amor, ille tuae solamen dulce iuuentae,
Ille tuae fuerat spes, columenque domus:
Quicum uersari semper, quicum esse solebas,
Atque animi arcana dicere consilia:
Vnum mirari, atque unum praeponere cunctis:
Ambrosiae e cuius effluere ore lepos.
O nimium miseri nos, et genus aerumnosum,
Deterius quorum est conditione nihil.
In nos saeuitum est bello, quo durius umquam
Vidit nulla aetas, nec feret ulla dies.
Seruitium tulimus crudele, et barbara iussa,
Parsque domos caras liquimus, et patriam.
Relliquias, miserosque absumsit rabida ciues
Pestis, et huc illuc saeuit Erinnys adhuc.
[vv. 49-58]
Iam neque finierant gemitus, et lumina siccis
Non bene cessarant tristia flere genis,
Quum tu, Marce, cadis, quam nos tot tristibus actos
Deseris, heu falsos credulitate tui.
Non hoc uiuida nos tua iam sperare iuuenta,
Hoc tua non uirtus, non benefacta dabant,
Exanimen ut nos te iuuenem, nec iam ulla loquentem
Externa miseri contegeremus humo:
Sed fore, quem fama uirtus aequaret Olympo,
Vnus qui multos instrueres populos;
[vv. 89-112]
Interea, o uos Benaco centum patre Nymphae,
Sarcaque ab Alpinis edite uerticibus,
Et uos o Naci rupes, et saxa Briani,
Et nemora umbrosis densa cacuminibus,
Ferte aliqua o nunc ferte meo solatia Batto,
Et tantam ex animo demite tristitiam.
Quem neque sancta potest Sophie complexa leuare,
Musa nec assuetis sedula carminibus.
Batte, tamen uates, longum ut quaesisset ademtam,
Et longum flesset Thracius Eurydicen,
Nullo solatus, blando quam carmine, curas,
Nullo, quam Sophia, dicitur esse magis.
Illi, seu Rhodopes siluis erraret in altis,
Siue in deserti Strymonis aggeribus,
Semper Musa comes, semper pendebat eburna
Ex humero numeris docta sonare lyra.
Ille orbem immensum semper spectabat, et orbis
Ornatum, puris sidera luminibus,
Et maria, et montes uastos, atque irrequieta
Flumina, tum quicquid denique terra parit.
Quorum animaduertens certa sub lege tenorem,
Paullatim caram senserat Eurydicen
Deleri, et tristem mutari in gaudia mentem;
Tantum animos rerum forma leuare potest.
[vv. 139-150]
Quos inter tuus ipse recens a funere frater
Miratur caelum, caelicolumque domos,
Aeternamque diem, et felicem ex ordine gentem;
Inter quos gaudet se quoque dinumerans.
Quem circum illustres animae, Proauique, Paterque
Intentos oculos ore Nepotis habent,
Et pulchram effigiem agnoscunt; miratur et ipse
Egregiam stirpem, magnanimumque genus;
Agnoscitque suos, et facta et nomina discit:
Tum quantum sit adhuc terra habitanda tibi.
O fortunatum nimium, tristem ante senectam
Carpere iter caeli cui potuisse datum est!
[vv. 159-160 Finis]
Illa tuum, dum sidera erunt, dum flumina current,
Nomen in astra memor, et benefacta feret.
Fragmentos de la Elegía I de Garcilaso
ELEGÍA I DE GARCILASO DE LA VEGA
FRAGMENTOS TOMADOS DE FRACASTORO
[vv. 1-12]
Aunqu'este grave caso aya tocado
con tanto sentimiento el alma mía,
que de consuelo estoi necessitado,
con que de su dolor mi fantasía
se descargasse un poco i s'acabasse
de mi contino llanto la porfía,
quise, pero, provar si me bastasse
el ingenio a escrevirt'algún consuelo,
estando qual estoi, qu'aprovechasse
para que tu reziente desconsuelo
la furia mitigase, si las musas
pueden un coraçón alçar del suelo
[vv. 16-26]
que, según e sabido, ni a las oras
qu'el sol se muestra ni en el mar s'esconde,
de tu lloroso estado no mejoras,
antes, en él permaneciendo donde
quiera qu'estás, tus ojos siempre bañas,
i el llanto a tu dolor assí responde,
que temo ver deshechas tus entrañas
en lágrimas, como al lluvioso viento
se derrite la nieve 'en las montañas.
Si acaso el trabajado pensamiento
en el común reposo s'adormece,
[vv. 40-51]
el caro ermano buscas, que solo era
la mitad de tu alma, el cual muriendo,
no quedará ya tu alma entera;
y no d'otra manera repitiendo
vas el amado nombre, 'n desusada
figura a todas partes rebolviendo,
que cerca del Erídano aquexada,
lloró i llamó Lampecie 'l nombre 'n vano,
con la fraterna muerte lastimada:
"¡Ondas, tornadme ya mi dulce ermano
Faetón; si no, aquí veréis mi muerte
regando con mis ojos este llano!"
[vv. 58-66]
Bien te confiesso que si alguna cosa
entre la umana puede i mortal gente
entristecer un'alma generosa,
con gran razón podrá ser la presente,
pues t'a privado d'un tan dulce amigo,
no solamente ermano, un acidente;
el qual no sólo siempre fue testigo
de tus consejos i íntimos secretos,
más de cuanto lo fuiste tú contigo;
[vv. 76-81]
¡Oh miserables hados, oh mesquina
suerte la del estado humano, i dura,
do por tantos trabajos se camina,
i agora mui mayor la desventura
d'aquesta nuestra edad cuyo progresso
muda d'un mal en otro su figura!
[vv. 88-90, 97-102]
de quantos queda i quedará perdida
la casa i la muger i la memoria,
i d'otros la hazienda despendida?
[…]
No contenta con esto, la enemiga
del umano linage, qu'invidiosa
coge sin tiempo el grano de la espiga,
nos a querido ser tan rigurosa,
que ni a tu juventud, don Bernaldino,
ni a sido a nuestra pérdida piadosa.
[vv. 160-174]
Presto será qu'el cuerpo sepultado
en un perpetuo mármol, de las ondas
podrá de vuestro Tormes ser bañado.
i tú, hermoso coro, allá en las hondas
aguas metido, podrá ser qu'al llanto
de mi dolor te muevas i respondas.
Vos, altos promontorios, entretanto,
con toda la Trinacria entristecida,
buscad alivio en desconsuelo tanto.
Sátiros, faunos, ninfas cuya vida
sin enojos se passa, moradores
de la parte repuesta i escondida,
con luenga esperïencia sabidores,
buscad para consuelo de Fernando
iervas de propiedad oculta i flores;
[vv. 265-270, 280-290]
i viendo i contemplando nuestros males,
alégrase d'aver alçado el buelo
a gozar de las oras immortales.
Pisa el immenso i cristalino cielo,
teniendo puestos d'una i otra mano
el claro padre i el sublime agüelo.
[…]
Mira la tierra, el mar que la contiene,
todo lo qual por un pequeño punto
a respeto del cielo juzga i tiene;
pues la vista en aquel gran trasunto
i espejo do se muestra lo passado
con lo futuro i lo presente junto,
el tiempo qu'a tu vida limitado
d'allá arriba t'está, Fernando, mira,
i allí ve tu lugar ya deputado.
¡Oh bienaventurado, que sin ira,
sin odio, en paz estás, sin amor ciego,
con quien acá se muere i se sospira
[vv. 298-307. Finis]
yo te prometo, amigo, qu'entretanto
qu'el sol al mundo alumbre i que la escura
noche cubra la tierra con su manto,
i en tanto que los peces la hondura
úmida abitarán del mar profundo
i las fieras del monte l'espesura,
se cantará de ti por todo el mundo,
qu'en cuanto se discurre, nunca visto
de tus años jamás otro segundo
será des'el Antártico a Calisto.
- Comentarios
El texto se atiene sustancialmente al publicado por Herrera, con algún restauro de arcaísmos fundado en la ed. de Bienvenido Morros: sospira y no suspira; agüelo y no abuelo)