Datos del documento
- Original, título
- Divina Commedia (Inferno, XIII 16-78)
- Original, fechas
- Redacción: 1306-1321. 1ª circulación: s. XIV-XV.
- Lugar de publicación
- Barcelona
- Fechas
- 1856 [edición]
- Edicion
- 1ª ed.
- ISBD
- [Pedro de las Viñas]. En: Diario de Barcelona . — (3-IX-1856).
- Fuente
- Ejemplar de librería anticuaria.
- Verificada
- ✔️
- Descripción del contenido
-
- Texto: inc. «Díjome el buen Maestro: "antes de ir adelante...», expl. «...de la culpa que le atribuye la envidia."».
- Texto (parte): inc. «Díjome el buen Maestro: "antes de ir adelante...», expl. «...de la culpa que le atribuye la envidia."».
- Observaciones
Dentro del Artículo del mismo Milà i Fontanals: "Dante. Infierno. Pedro de las Viñas.-Conde Ugolino". Traducción en prosa. Por distacción, Milà numera este Canto como XIV
Traductor
Milà i Fontanals, Manuel 1818 - 1884
Filólogo y escritor, nacido en Vilafranca del Penedès. Se doctoró en Filosofía y letras en 1845, pasando a ocupar por oposición la cátedra de literatura de la Universidad de Barcelona el año siguiente. Se ocupó tanto de las literaturas hispánicas como de las del resto de Europa, aunque con especial atención a la literatura catalana, a la literatura trovadoresca y a la épica castellana. Presidió dos veces los Juegos Florales (1859 y 1883), en los que defendió la exclusión de la lengua castellana. Presidió la Academia de Bones Lletres, fue miembro de la de Bellas Artes y correspondiente de las de la Historia y de la Real Academia Española. Intervino asimismo en las polémicas ortográficas sobre el catalán de finales de siglo. Su discípulo Menéndez Pelayo publicó sus Obras completas en ocho volúmenes (1888-1896), aunque en realidad no lo son, ya que en 1908 se reunieron en un volumen más sus Obres catalanes.
Otras traducciones
- Decameron. Novella I, 9, 1ª ed. (1875)
- Deberes del hombre, 1ª ed. (1843)
- Deberes del hombre, 3ª ed. (1881)
- Deberes del hombre, 4ª ed.? (1912)
- Deberes del hombre, 2ª ed. (1848)
- [Mensaje de Beatriz], 1ª ed. (1856)
- [Mensaje de Beatriz], 2ª ed. (1892)
- [Conde Ugolino], 1ª ed. (1856)
- [Conde Ugolino], 2ª ed. (1892)
- [Entrada del Infierno], 1ª ed. (1856)
- [Entrada del Infierno], 2ª ed. (1892)
- [Pedro de las Viñas], 2ª ed. (1892)
- [Picarda], 1ª ed. (1856)
- [Betariz], 2ª ed. (1892)
- [Comparación], 2ª ed. (1892)
- [Comparación], 1ª ed. (1856)
- [Cacciaguida], 2ª ed. (1892)
- [Cacciaguida], 1ª ed. (1856)
- [La Coronación], 1ª ed. (1856)
- [La Coronación], 2ª ed. (1892)
- [Rosa del Empíreo], 2ª ed. (1892)
- [Rosa del Empíreo], 1ª ed. (1856)
- [Descripción], 1ª ed. (1856)
- [Descripción], 2ª ed. (1892)
- [Casella], 2ª ed. (1892)
- [Casella], 1ª ed. (1856)
- [Betariz], 2ª ed. (1892)
- [Betariz], 1ª ed. (1856)
- Los animales parleros, 1ª ed. (1840)
- La Pasión, 1ª ed. (1859)
- Tanto gentil aparece y recatada, 2ª ed. (1892)
- Tanto gentil aparece y recatada, 1ª ed. (1856)
- Tanto gentil aparece y recatada, 3ª ed. (1889)
- Tan gentil aparece..., 4ª ed. (1920)
Autor
Dante Alighieri 1265 - 1321
Bibliografía
Estudios sobre el traductor
-
Baasner, Frank & Francisco Acero Yus (dirs.), Doscientos críticos literarios en la España del siglo XIX, Madrid-Darmstadt, CSIC, Instituto de la Lengua Española-Wissenschaftliche Buchgesellschaf, 2007.
Textos
INFERNO, XIII 16-78
E 'l buon maestro "Prima che più entre,
sappi che se' nel secondo girone",
mi cominciò a dire, "e sarai mentre
che tu verrai ne l'orribil sabbione.
Però riguarda ben; sì vederai
cose che torrien fede al mio sermone".
Io sentia d'ogne parte trarre guai,
e non vedea persona che 'l facesse;
per ch'io tutto smarrito m'arrestai.
Cred'io ch'ei credette ch'io credesse
che tante voci uscisser, tra quei bronchi,
da gente che per noi si nascondesse.
Però disse 'l maestro: "Se tu tronchi
qualche fraschetta d'una d'este piante,
li pensier c'hai si faran tutti monchi".
Allor porsi la mano un poco avante
e colsi un ramicel da un gran pruno;
e 'l tronco suo gridò: "Perché mi schiante?".
Da che fatto fu poi di sangue bruno,
ricominciò a dir: "Perché mi scerpi?
non hai tu spirto di pietade alcuno?
Uomini fummo, e or siam fatti sterpi:
ben dovrebb'esser la tua man più pia,
se state fossimo anime di serpi".
Come d'un stizzo verde ch'arso sia
da l'un de' capi, che da l'altro geme
e cigola per vento che va via,
sì de la scheggia rotta usciva insieme
parole e sangue; ond'io lasciai la cima
cadere, e stetti come l'uom che teme.
"S'elli avesse potuto creder prima",
rispuose 'l savio mio, "anima lesa,
ciò c'ha veduto pur con la mia rima,
non averebbe in te la man distesa;
ma la cosa incredibile mi fece
indurlo ad ovra ch'a me stesso pesa.
Ma dilli chi tu fosti, sì che 'n vece
d'alcun'ammenda tua fama rinfreschi
nel mondo sù, dove tornar li lece".
E 'l tronco: "Sì col dolce dir m'adeschi,
ch'i' non posso tacere; e voi non gravi
perch'io un poco a ragionar m'inveschi.
Io son colui che tenni ambo le chiavi
del cor di Federigo, e che le volsi,
serrando e diserrando, sì soavi,
che dal secreto suo quasi ogn'uom tolsi;
fede portai al glorioso offizio,
tanto ch'i' ne perde' li sonni e ' polsi.
La meretrice che mai da l'ospizio
di Cesare non torse li occhi putti,
morte comune e de le corti vizio,
infiammò contra me li animi tutti;
e li 'nfiammati infiammar sì Augusto,
che ' lieti onor tornaro in tristi lutti.
L'animo mio, per disdegnoso gusto,
credendo col morir fuggir disdegno,
ingiusto fece me contra me giusto.
Per le nove radici d'esto legno
vi giuro che già mai non ruppi fede
al mio segnor, che fu d'onor sì degno.
E se di voi alcun nel mondo riede,
conforti la memoria mia, che giace
ancor del colpo che 'nvidia le diede".
- Comentarios
Texto conforme a la vulgata
Texto de la traducción
TRADUCCIÓN DE MILÀ I FONTANALS
Díjome el buen Maestro: "antes de ir adelante, sabe que estás en el segundo rellano de donde no saldrás hasta
que no hayas pasado el horrible arenal.. Pero atiende y verás cosas que darán testimonio de lo que te digo."
Oí sonar gritos ayer por do quiera sin ver persona alguna que los lanzase; de suerte que me detuve pasmado.
Figuróse Virgilio al parecer que yo creía que aquellas voces salían de las gargantas de personas ocultas a causa nuestra.
Por esto dijo el Maestro: "Si cortas algún ramito de una de estas plantas, se desvanecerán tus pensamientos."
Adelanté entonces un poco la mano y cogí un ramo de un grande árbol,cuyo tronco gritó: "¿Por qué me desgajas?"
Tiñóse entonces de sangre y gritó de nuevo: "¿Por qué me arrancas?" ¿Desconoce tu espíritu la piedad?
hombres fuimos y ahora estamos convertidos en troncos: más piadosa debiera ser tu mano aun cuando se tratase de almas de serpientes."
Como un leño verde que arde por un cabo gime por el otro, y chisporrotea por el viento que se escapa,
así de aquella astilla salían juntamente palabras y sangre, por lo que dejé caer el ramo arrancado y quedé inmóvil como hombre que teme.
"Si yo hubiese podido creer antes, contestó el sabio Maestro, alma aquejada, lo que por otra parte había cantado yo en mi poema,
no le hubiera incitado a tender la mano contra ti, mas lo increíble de vuestra transformación me movió a un acto del cual me arrepiento.
Pero dile quién fuiste, y así, puesto que no es dable enmendar de otro modo el daño, a lo menos renovará tu memoria en el mundo superior, a donde debe volver."
Respondió el tronco: "Así con tus dulces palabras me incitas que no puedo callar y os veo por otra parte dispuestos a sufrirme aunque alargue mis razones.
Yo soy aquel que tuve entrambas las llaves del corazón de Federico y que las volví tan suavemente cerrando y abriendo
que aparté de sus secretos a casi todos los hombres: tan fielmente cumplí el glorioso oficio que había puesto a mi cargo, que llegué a perder el sueño y la respiración.
La envidia, meretriz que jamás aparta los impúdicos ojos del alcázar de César, que es muerte común y vicio de las cortes,
inflamó contra mí los ánimos todos, y los inflamados inflamaron a su vez a Augusto que convirtió todos mis alegres honores en tristes duelos.
Mi alma, llena de temple desdeñoso, creyendo evitar con la muerte el desdén, me hizo injusto contra mí mismo que no había faltado a la justicia.
Por las nuevas raíces de este leño, os juro que jamás rompí la fe debida a mi señor, tan digno de ser honrado.
Y si alguno de vosotros vuelve al mundo, dé consuelo a mi memoria que sufre todavía el peso de la culpa que le atribuye la envidia."
- Comentarios
Se segmenta el texto para facilitar el cotejo con los tercetos de Dante. Asimismo, se modifica la ortografía sólo en lo que atañe a las acentuaciones decimonónicas (á, ó, fué), aquí suprimidas.