Poeta y dramaturgo español. Nació en Moriñigo (Salamanca) y murió en Melilla. Exponente del gusto neoclásico y prerromántico, profesó ideas parióticas y liberales que le costaron largos años de cárcel. Fue autor de odas (una de ellas a Trafalgar, otra a la Constitución de Cádiz), de elegías y sátiras. Dio al teatro siete tragedias y el melodrama Saúl, con música de Cristiani. Abandonados los estudios de Teología en 1788, se trasladó a Madrid, donde ingresó en la Academia de los Arcades con el sobrenombre de Floralbo Corintio. Buen conocedor del latín y de la preceptiva clásica, en 1805 publicó unos “Principios de retórica y poética” (Madrid: en la Imprenta de la Administracion del Real Arbitrio de Beneficiencia). El melodrama “Saúl” se estrenó ese mismo año, en el mes de marzo (Teatro de los Caños del Peral), mientras que “Cayo Marcio Coriolano, o el enemigo de su patria”, que había obtenido las necesarias aprobaciones en 1803, sólo se representó tres días, durante los cuales recibió ásperas críticas. Dejó también una “Gramática latina: precedida de un discurso sobre la gramática en general”. Cuando iba a ser deportado a Francia a causa de su rebeldía contra el dominio napoleónico, huyó a Pamplona y luego a Cádiz, donde colaboró en El Conciso (1810). En 1813 regresó a Madrid y allí dio vida a otro periódico, El Ciudadano Imparcial, donde escribió con el seudónimo de Anastasio Franco Bebrinsáez. Más tarde fue nombrado Bibliotecario de San Isidro y censor de teatros, pero en 1814 la represión desatada por Fernando VII contra los liberales lo llevó a la cárcel, primero en Madrid, luego, desde 1816, en Melilla. Allí siguió escribiendo y allí murió el 24 de octubre de 1819.