Datos del documento
- Original, título
- Anime oneste
- Original, fechas
- 1ª edición: Anime oneste: romanzo famigliare [con prefacio de Ruggero Bonghi] Milano: Tip. L. F. Cogliati Edit., 1895. Edición de base: Tal vez, 2ª ed. (Milano: L. F. Cogliati, 1905).
- Lugar de publicación
- Barcelona
- Editor/Impresor
- Patronato Social de Buenas Lecturas (editor)
- Fechas
- [1907] [edición]
- Edicion
- 1ª ed.
- ISBD
- Los humildes / novela original de Grazia Deledda ; traducción del italiano y prólogo de Ángel Guerra ; ilustraciones de Luis Palao. — Madrid : [s.n., s.a.] (Patronato Social de Buenas Lecturas : Oficinas Calle Fuencarral). — XVI, 135 p. ; 17 cm. — (Biblioteca Patria de obras premiadas ; 39). — Prólogo fechado en 1907
- Fuente
- Ejemplar de librería anticuaria
- Verificada
- ✔️
- Descripción del contenido
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- Portada: «Biblioteca PATRIA de obras premiadas. Tomo XXXIX. | LOS HUMILDES | Novela Novela original | de | GRAZIA DELEGGA | Traducción del Italiano y Prólogo | por | ANGEL GUERRA | Ilustraciones de Luis Palao | (Primera serie fuera de concurso) | Oficinas: | Paseo del Prado, 30, Entresuelo | MADRID».
- Preliminares del editor o del traductor: «PRÓLOGO» (V-XV): inc. «GRAZIA DELEDDA | Simpática figura de artista con alma de mujer... », expl. «... A tí deseo te la proporcionen también, lector, á quien debo todos mis respetos y todas mis gratitudes. | Angel Guerra. | Agosto de 1907.». (137): «Prólogo (V); La llegada (1), Los primeros días (14), La vida en familia (22), Tres años después (31), El ajuar (44), La boda (53), Las pasiones (65), Comienza el drama (78), El sacrificio (90), Fin de año (104), La lejanía (114), Los humildes (123)»
- Texto: (1-135): inc. « LOS HUMILDES | LA LLEGADA | Después de la muerte de la vieja doña Ana...», expl. «...Así fué como aquellas dos almas humildes se unieron para siempre. | FIN DE 'LOS HUMILDES'».
- Índice: (137): «Prólogo (V); La llegada (1), Los primeros días (14), La vida en familia (22), Tres años después (31), El ajuar (44), La boda (53), Las pasiones (65), Comienza el drama (78), El sacrificio (90), Fin de año (104), La lejanía (114), Los humildes (123)»
- Ejemplares
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- BNM: 6/8731<39>
- BUBurgos
- BPECórdoba: D 1 4294
- BPEPontevedra: 6720
- Max Aub BMA/5294
- Observaciones
La edición contiene un interesante Prólogo de Ángel Guerra (Véase TEXTOS) y seis ilustraciones (Véase IMÁGENES)
Traductor
Guerra, Ángel 1874 - 1950
Pseudónimo (tomado de un personaje de Galdós) de José Betancort Cabrera, periodista y escritor canario nacido en Lanzarote. Estudió en el Seminario Conciliar y en el Colegio San Agustín, en Las Palmas de Gran Canaria. Pronto se trasladó a Madrid, donde sus colaboraciones periodísticas le dieron influencia y renombre. En 1908 trabajó como corresponsal en París para La Correspondencia de España. Entre 1913 y 1923 fue Diputado por Lanzarote, y durante el dictadura de Primo de Rivera ocupó la Dirección General de Prisiones. Cultivó la narrativa de costumbres con obras como “La lapa” (1908), la poesía (su última recopilación fue “Allá”, 1904) y la zarzuela.
Otras traducciones
Autor
Deledda, Grazia 1871 - 1936
Otros responsables
Imágenes
Textos
Prólogo del traductor
GRAZIA DELEDDA
Simpática figura de artista con alma de mujer. No obstante la ternura femenina que imprimió á su prosa, su arte es fuerte, de un vigor extraordinario. Es brillante, colorista á ratos, como si hilvanara las frases con rayos de sol.
A lo largo de toda su labor literaria se advierte algo de la rudeza de su gente y surge plenamente la visión de los paisajes en su tierra natal. Pasa por aquellas páginas un soplo de Junio, mezcla de aire suave de primavera y de cálido ambiente de estío; fragancias de huerto con flores y fatigas de campo en los días de siega.
Cuando da la nota ingenua y sentida; cuando hace hablar á los niños, su prosa es tierna con calor maternal; parece que acaricia. Mas, cuando expresa la vida de los campesinos en sus luchas, es dolorosa, casi cruel. Tiene entonces pinceladas que torturan el ánimo, compadecido de todos los humanos padeceres.
Parecía natural que, dado su temperamento femenino, se inclinara al idealismo y viese la vida bajo su aspecto poético bañada en un ambiente de ternuras y de amores, y de cuanto la rodease no sintiera en el alma otra cosa que calor de hogar. Generalmente las mujeres que escriben reducen sus sensaciones de arte á sus propias intimidades espirituales, á las emociones de su alma, siempre llena de apacibles afectos, siendo por eso su lírica de una dulzura incomparable, y cuando pintan lo externo no alcanzan á verlo más que con ojos piadosos: ¡al fin ojos de mujer!
Grazia Deledda lo escudriña todo, pero con un sentido realista, y lo reproduce d'après nature. Sorprende el paisaje con su propio color y mira á los seres como son, bajo un sincero aspecto de verdad, y tan honrada es su llama que no intenta disfrazarlos.
Sigue una frase de Jorge Elliot, que es una fórmula de su arte: "Me aparto de vuestros héroes para mirar á la anciana inclinada sobre un tiesto de flores, comiendo su almuerzo solitario".
¿Acaso no hay en estas humildes gentes, y en los aspectos sencillos y reales de la vida, mayor fondo de belleza quizás que en los heroicos bandidos de pluma verde, de que habla el mismo autor?
Sin duda, y yo creo que da un arte más vigoroso, con más entraña humana. Vive algo en él, mientras que en las otras obras se percibe la inacción de cosa muerta
La visión artística de Grazia Deledda se circunscribe al rincón nativo. y acierta de verdad cuando expresa "el sabor de la tierruca". Es su arte regional. ¿Será por eso más pequeño y de menos valor? A este respecto debo declarar mi creencia de que no debe medirse la calidad, sino la cantidad de vida que encierra. Si ésta es intensa bien podemos encasillar las obras regionales en el arte grande.
Es una opinión, que, firmemente convencido, sostengo.
Dentro de la literatura Italiana contemporánea, son las novelas regionales las que más auge alcanzan. Saturadas de vida están las páginas de Yerga. Es 1a propia existencia de las gentes sicilianas con sus bravuras de cólera y celos-también reflejada en las novelas de Capuana;-con sus odios recalentados por el sol agresivo de los campos; con su encarnizamiento de pasiones trágicas en medio de su aparente vulgaridad, que se sacian con sangre; es esa vida bravía y tormentosa la que ha ido al libro, caliente y dinámica. Y es sugestiva la nota pintoresca con que Matilde Serao anima sus escenas napolitanas, cuadros al vivo; y es colorista la pluma de Enrico Castelnuovo al trazar bocetos de las costumbres populares de las lagunas del Véneto.
También muestra un encanto de suprema belleza y de sincera verdad la obra literaria de Grazia Deledda pintando la vida en la Cerdeña. De esta escritora habló con elocuente elogio Brunetière, y Corradini, compatriota suyo, la ha comparado á Gorki.
Apenas ha extendido su campo de observación más allá de la isla en que naciera. Así, concentrando en un punto su espíritu, resulta con más intensidad de fijeza su visión.
Por cierto que la vida insular-y yo la conozco por ser isleño-me ha parecido siempre de difícil factura artística, por estrecha de horizontes, por su ambiente reducido y su nota de color invariable y única. Los mares se empeñan en limitar el círculo de acción, circunscribiendo al pedazo de tierra la actividad del espíritu que, para encontrar holguras, necesita elevarse y mirar á los cielos. Sin duda se presta más á la poesía lírica que á la narración novelesca.
No obstante, lo que tienen en detalles salientes sus costumbres, la idiosincrasia característica de sus tipos, los matices del alma regional pueden muy bien caber en los moldes de un cuento á la moderna, con toques de psicologismo popular y sus esbozos de paisaje campesino.
A todo eso, que sirve de asunto para fondo, añádase el "temperamento" del autor, y tendremos un arte entero, una literatura inconfundible y con méritos. Al fin y al cabo el escritor -esa sangre, sus nervios y su pasión"- viene á ser el triunfador único en la obra literaria.
En las novelas de Grazia Deledda triunfan la vida que entrañan y el arte que les da molde.
¿Cómo es la gente sarda que conocemos en sus libros?
Aislada durante siglos, constreñida al vivir sobre el terruño solitario, no ha sentido el tirón del igualitarismo de esta civilización moderna que ha ido borrando en los pueblos el sello de su ingénito carácter, unificando el gesto de la fisonomía humana, por encima de los distintivos de raza y de las diferenciaciones nacionales.
Hay un ambiente de uniformidad universal en costumbres, trajes, lisos y hábitos, rostro y acento del espíritu humano, que lleva trazas de confundir á todos los hombres, andando el tiempo, en un solo tipo.
El aislamiento de largas centurias que han mantenido las gentes de la Cerdeña les han inmovilizado en sus hábitos y no ha permitido la pérdida de su carácter especial y singularísimo. Llevan en sus venas sangre de distintas razas, las más antiguas, guerreras y bárbaras unas, mercantilistas y progresivas otras, y por eso los tipos son de una admirable variedad. Son tipos de santos y de bandidos; de un aspecto feroz hasta la crueldad éstos; de un pergenio de bondad hasta el ascetismo aquéllos. En todos el alma es ruda, primitiva, con ingenuidades de niño, á veces; con exacerbaciones, á ratos, de fiera embravecida.
Nada de movilidad y de saltos bruscos en el modo de ser espiritual, ni siquiera en mezcla. Son cada cual seres de una pieza, rectilíneos, como si vincularan la herencia de cada raza.
Labriegos, viven y penan; esclavos de la tierra, amos y siervos de ella. Al surco confían sus esperanzas todas, como al rincón de la casa hacen converger todos sus cariños. Pastores, se resignan á las jornadas detrás del rebaño "de pradera en collado, de otero en monte", pacientes, como si recordaran la sencillez del pastoreo bíblico, viejos que parecen patriarcas y mozos que recuerdan zagales de égloga.
Viven y se afanan, luchan y se consumen en un ambiente de placidez infinita sobre el agro y en las alturas rocallosas de las montañas que cortan, en el horizonte de la campiña, el cielo azul.
Son los paisajes de un aspecto triste, con tristeza poética; solitaria y verde la llanura donde pastan perezosas las vacas sonando melancólicamente el campano; las casas evocando el vivir con miseria.
Luego; cielo alto, luminoso, bañado de sol, tardes de indecible dulzura que despiertan una honda emoción religiosa, de éxtasis, cuando sobre las sierras lejanas en el confín distante de los mares comienza la lenta agonía de la luz, tan triste, tan soledosa, que parece se despide para siempre.
Todo eso es lo que yo he visto y he sentido leyendo los "racconti sardi" de Grazia Deledda, animados por un benéfico soplo de amor y de arte. Tiene más condiciones de costumbrista y de pintor de paisaje que de psicólogo y tallador de almas. Sus figuras son menudas, como los espíritus que éstas encarnan son humildes y simples. Pero viven.
Necesitábase toda la ternura de su corazón de mujer, con más su ingenuidad de artista, para hacernos amar á los niños. Ella sabe cómo es el beso maternal, que pocos comprenden, como decía Mazzini. Viendo y escuchando á los por ella creados, que andan y enredan, simpáticos y mimosos, por sus libros, entran ganas de besarlos. Grazia Deledda los acierta á pintar tan hermosos, tan ingenuos, entristecidos ó alegres, que nos los hace querer.
No contenta con esta labor de reducido ambiente localista, con vida y color regional, la escritora sarda, intenta y ha llevado á cabo la novela en grande. Lo que encuentro más meritorio en este empeño-en "Dopo un divorzio" por ejemplo, acusación tremenda contra la rotura del vínculo matrimonial por imperio de la ley, que lleva una honda perturbación á las costumbres y trances trágicos las almas-es lo que en su arte me gusta siempre, á saber, el dibujo gráfico en los tipos y el colorismo exuberante en el paisaje.
Hay también la emoción, un motus sentimental que orea y enternece sus páginas, y por añadidura la sensación escalofriante de lo trágico que sacude los nervios violentamente.
En cuanto á detalles, á golpes de observación directa, á sorpresas de colorido, á visiones parciales y fragmentarias de la vida, hay que otorgarle, con justísima largueza, el título de doctora en amenas letras.
Ahí es donde radica todo el secreto poder de su arte.
A vuelta de hoja va "Anime oneste" que con todo cariño he traducido. Es una novela de intimidad familiar, que señala el curso de dos almas sencillas y de dos vidas humildes que el amor reúne.
Me place el trabajo que he realizado porque disfruté unos momentos la compañía de unos niños, y ellos dieron con sus alegrías un poco de paz á mi corazón. A tí deseo te la proporcionen también, lector, á quien debo todos mis respetos y todas mis gratitudes.
Angel Guerra
Agosto de 1907.