Constancio Bernaldo de Quirós y Pérez fue un prestigioso criminólogo de la República española. Nació en el barrio de Lavapiés de Madrid el 15 de diciembre de 1873. En 1893 se licenció en Derecho por la Universidad Central, e inició sus estudios de criminología y Filosofía del Derecho con Francisco Giner de los Ríos. En 1896 inició una colaboración asidua con la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, de cuya Sección de Noticias Bibliográficas se hizo responsable. Entre los años 1898 y 1901, además de trabajar como profesor en la Universidad madrileña, se encargó de la Sección Revista de la Prensa Jurídica Extranjera. Entre 1903 y 1920 colaboró en la revista La Lectura y, en 1908, con la Revista Ateneo. Más esporádica fue su relación con lotras publicaciones periódicas como La Administración y Revista Contemporánea. Fruto del trabajo realizado dentro del Laboratorio de Crimonología dirigido por Rafael Salillas, ligado a la Cátedra de Giner, fueron numerosas obras del ámbito criminológico, antropológico, sociológico, psicológico producidas entre los años 1899 y 1910 por Salillas mismo, Bernaldo de Quirós y otros criminólogos como Llanas Aguilaniedo. Después de realizar una extensa y variada labor de reforma social y jurídica, desempeñando cargos de responsabilidad en la Administración, fue nombrado Catedrático de Criminología en el Instituto de Estudios Penales, y en 1935, ascendido a Jefe de Administración Civil de 1ª Clase y nombrado Jefe del Servicio de Colocación Obrera y Defensa contra el Paro. En marzo de 1936 pasó a hacerse cargo de la Sección de Publicaciones del Servicio de Cultura Social, donde trabajó hasta su exilio, forzado por la Orden franquista de 27 de abril de 1939, que lo separó del servicio cuando estaba a punto de jubilarse. Refugiado primero con su familia en un asilo de ancianos indigentes en Francia, (Fumel, en Lot-et-Garonne), marchó después a la República Dominicana, donde fue nombrado profesor de Criminología de la Universidad Ciudad Trujillo, a Cuba y, por fin, a México donde fue nombrado profesor de Criminología y de Derecho Penitenciario en la UNAM, y Director de la Escuela de Capacitación del Personal Penitenciario. Allí murió a los 85 años de edad, el 11 de agosto de 1959. Escribió, entre otras, las siguientes obras: Las nuevas teorías de la criminalidad (1898), La mala vida en Madrid (1901, en colaboración con Llanas Aguilaniedo), El espartaquismo andaluz (1919), Criminología en el campo andaluz: el bandolerismo (1934), Cursillo de criminología y derecho penal (1940), Lecciones de legislación penal comparada (1944).

Nacido en Fonz (Huesca) el 8 de diciembre de 1875. En 1891 comenzó sus estudios de Farmacia en la Universidad de Barcelona, que costeó trabajando como mancebo en la Farmacia de Pompeu Gener, donde tuvo ocasión de frecuentar a los intelectuales barceloneses del momento. Farmaceútico del Ejército, se trasladó a vivir a Lleida y luego a Sevilla y Madrid, para retirarse finalmente a la casa familiar de Huesca, donde falleció el 24 de julio de 1921. Sus obras, de corte decadente aunque con una fuerte impronta regeneracionista (diríase incluso de higiene social), gozaron de cierta notoriedad en su tiempo. Entre ellas cabe citar "La mala vida en Madrid. Estudio psico-sociológico" de 1901, inspirada en la obra de Niceforo y Sighele por él traducida: "La mala vida en Roma", las novelas “Del jardin del amor” (Madrid, 1902, reeditada en 2002), “Navegar pintoresco” (Madrid, 1903); “Pityusa” (Madrid, 1904, reeditada en 1960 con un prólogo de J. Entrambasaguas), además de los ensayos "Alma contemporánea" (Huesca, 1899) y "Estudio de estética" (muy bien acogido por escritores de la talla de Trigo, Maragall o Clarín; reeditado en 1991 por el Instituto de Estudios Altoaragoneses). Su traducción de "La cortesana" de Aretino fue objeto de un juicio encomiástico por parte de Clarín, mientras que su faceta de narrador mereció el elogio de Rubén Darío. Además de la amistad con Darío y Clarín, cabe citar la que le unió a Giner de los Rios, Enrique Gómez Carillo y Emilia Pardo Bazán, pese a lo cual, su obra cayó pronto en el olvido.